La desigualdad en México es mayor de lo que era hace 50 años y se va tarde en los cambios para lograr un país próspero y equitativo, reconoció Gerardo Esquivel Hernández, subgobernador del Banco de México (Banxico).
“Sobre este crucial asunto del desarrollo nacional tenemos buenas y malas noticias. La mala es que el país se ha vuelto más desigual de lo que era hace 50 años. La buena, y de algún consuelo debería servir, es que hoy entendemos mejor las características de esa desigualdad y las consecuencias que tiene no sólo en materia económica sino también política”, manifestó.
Comentó que tampoco es evidente que se tengan las claves para salir de la crisis de crecimiento y desigualdad que se enfrenta en México, desde hace 40 años.
De ahí que, destacó, un rediseño tributario, un piso parejo en acceso a educación y salud, la promoción de un crecimiento más incluyente y con un mejor balance regional, eliminación de privilegios y promoción de mayor competencia económica son el camino para empezar a revertir el lastre de la desigualdad.
Sin embargo, dijo, “en esto, como ya se ha dicho en reiteradas ocasiones, vamos tarde”.
Se sabe, detalló, que la desigualdad no es un mero problema moral, sino que también conduce a economías menos eficientes, menos productivas y que debilita la democracia.
Además, en el caso de México, la desigualdad ha dificultado la acumulación de capital humano, que es un factor explicativo de la debilidad del mercado interno, señaló en el homenaje luctuoso del economista Leopoldo Solís.
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