Existen diversos lugares cerca de la Ciudad de México que han logrado destacar a través del tiempo por sus grandes historias detrás; uno de ellos se encuentra ubicado en el municipio de Texcoco, en el Estado de México, se trata del Parque Nacional Molino de las Flores.
Este lugar brinda espacios verdes para disfrutar en familia mientras se disfruta de la naturaleza, pulque y antojitos mexicanos mientras se recorre a caballo o en modo caminata sitios como el aviario o las pequeñas salas dedicadas a la historia del lugar y al cacao; el acceso es gratuito para toda persona que desee visitarlo.
Uno de los atractivos más importantes y con más antecedente histórico es la ex hacienda colonial la cual se divide en importantes espacios que abarcan gran parte de todo el lugar; de estos destacan la fábrica de pulque, una fábrica de telas para vestir santos de las primeras iglesias.
En 1585, Pedro de Dueña adquirió esta propiedad y decidió construir un molino de trigo para la elaboración de pan al mismo tiempo que trabajaba el batán, pero fue en 1599 que dejó de funcionar; posteriormente el lugar pasó a manos de Antonio Urrutia de Vergara quien luego se lo heredó a su yerno Antonio Flores Valdés, adoptando su nombre más popular: “Molino de las Flores”.
Durante el siglo XIX implementó la actividad pulquera, donde obtuvo una fuerte demanda en el Valle de México, generando estabilidad económica a los hacendados, sin embargo, en 1910 tras el movimiento revolucionario, la hacienda se vio severamente afectada y abandonada, pero hasta la fecha se pueden ver rastros de lo que fue.
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